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Si aceptemos que lo que No tiene que suceder nunca sucederá por más
empeño que le pongamos y que lo que tiene que pasar, pasará por
más que tratemos de evitarlo, y dejemos de preocuparnos por lo que pueda
pasar, en un futuro imaginado y tenemos la apercepción intuitiva de que
el hombre no hace nada, sino que todo en la vida sucede, es decir, que todo lo
que hacemos, sentimos o pensamos, simplemente sucede
es que ves la vida
desde la dimensión espiritual. &- La vida es un evento corto, por lo que no vale la pena gastarla preocupándose por nimiedades. El dinero, las riquezas materiales, la fama, el prestigio, los puestos de poder pueden darnos algunos momentos de comodidad y placer, pero no darnos felicidad permanente ni bienaventuranza interior. Desde tiempos inmemorables, poetas, sabios, budas, místicos y seres iluminados, señalaron que la verdadera felicidad, está en las cosas más sencillas y aparentemente ordinarias, pero que la codicia humana no deja emerger esa alegría divina que hay en el interior. "Cuan
poco necesita el hombre para ser feliz", Nietzsche. | |||||