Cuando
se encontraba desempeñando su ministerio en esta última población,
tuvieron lugar los violentos incidentes contra los trabajadores de la Zona Bananera,
y el padre Angarita intervino con sus denuncias y recopilación de testimonios
en pro de los trabajadores, los cuales sirvierón como base al doctor Jorge
Eliécer Gaitán para sus históricos debates parlamentarios
contra el gobierno conservador de aquella época. | | Durante
su permanencia en la parroquia de La Playa de Belén, fundó y dirigió
la Hojita Parroquial (febrero de 1913), uno de los primeros sueltos de índole
religiosa en el país. Se argumenta que la Hojita Parroquial fue la primera
publicación de este género en Colombia, y razones no faltan. Existen
otras publicaciones llamadas Hojita Parroquial, Hoja de la Parroquia e, incluso,
una que también se llama Hojita Parroquial, pero corresponde al año
de 1916, es decir, tres años después de que se publicara en La Playa
de Belén la Hojita del Padre Angarita. El Centro de Historia de La Playa
de Belén, que ha venido cumpliendo una excelente labor de recuperación
de la memoria histórica, ya ha publicado textos sobre este asunto que resulta
de mucho interés en la vida regional y, particularmente, en la trayectoria
vital del Padre Angarita.
Colaboró
con el Adalid Católico y en la revista Hacaritama del Centro de Historia
de Ocaña, donde dio a conocer valiosas crónicas de la antigua Ocaña.
Una
completa biografía del padre Angarita, fue publicada en la revista Hacaritama
(Nº271, diciembre de 2002), por monseñor Leonel Pineda Guerrero, donde
se analiza la trayectoria del meritorio sacerdote como periodista, cronista y
pastor, destacando su figuración cuando fue párroco de Aracataca,
el bautizo de Gabriel García Márquez y el doloroso capítulo
de la masacre de las Bananeras. Se inserta en el ensayo biográfico escrito
por Monseñor Pineda, valiosa documentación histórica que
hoy nos revela la dimensión humana y la entereza de carácter del
Presbítero Francisco Calixto Angarita, gracias a cuyas denuncias el doctor
Jorge Eliécer Gaitán desarrolló sus debates parlamentarios
contra el gobierno de aquella oscura época. Resulta
bien ilustrativo, para comprender la posición cristiana de Angarita, el
elogio que de él hace el caudillo liberal, y que se encuentra en la obra
1928. La
masacre de las bananeras: Cuando yo veo, señores, que ciertos misioneros
de Cristo se olvidan de su deber de caridad, que se alejan del sitio donde los
enfermos reclaman sus auxilios; de los inocentes muchachos de nuestra ciudad que
a altas horas de la noche la atraviesan porque la injusticia social con ellos
no se compadece; cuando observo que esos sacerdotes abandonan la aldea en donde
mueren en tinieblas de ignorancia los míseros campesinos que piden el beso
de la luz espiritual, siento entonces que todas las fibras de mi humanidad, tiemblan
en ritmo de ira y comprendo que aquellos misioneros de Cristo son fariseos que
traicionan sudoctrina
La Iglesia vive, la Iglesia se fortalece, la Iglesia
crece, la Iglesia no perecerá nunca mientras haya espíritus de ternura
como el Padre Angarita, que así comprenden su deber de misioneros de Cristo,
de legatarios de la doctrina que fue amor, que fue paz, que fue luz. |
El
estilo literario del Padre Angarita -nos dice monseñor Pineda- es ágil,
vigoroso y salpicado de gracia lo mismo en los semanarios parroquiales que fundó
y dirigió, donde aparece su celo apostólico y su preocupación
social como en la crónica, en la cual se refleja su amor por Ocaña
y su solicitud por rescatar del olvido hechos y personajes de nuestra historia
local. Y
en efecto, crónicas como las referidas a la Cooperativa Fraternal de Ocaña
que funcionó entre 1897 y 1899, sobre la fiebre amarilla y las compañías
de teatro que visitaron la ciudad a finales del siglo XIX, todas ellas publicadas
en la revista Hacaritama, nos confirman este aserto de Monseñor Pineda.
Tuve la fortuna
de conocer en mi juventud, al Padre Angarita, muy amigo de mi familia y contertulio
de mi abuelo Justiniano J. Páez. Vivía en San Agustín para
la época de su fallecimiento (1964), pero su casa paterna estaba localizada
en el barrio tradicional de San Francisco, cerca a la rsidencia de poetisa Ana
Arévalo de Vallesaltos, como esta misma dama lo confima an alguna de su
líricas crónicas. |