Sobre
la castidad de los religiosos, Jorge Mario Bergoglio expresó que todos
saben "lo exigente que es y el compromiso personal que comporta", y
reconoció que existen "tentaciones en este campo" a las que combatir
con "humilde confianza en Dios, vigilancia y perseverancia". El
papa, que en otras ocasiones ha manifestado una posición abierta a la hora
de abrir un debate sobre el celibato, rompió así una lanza por la
castidad del clero. Bergoglio
también se citó en Kkottongnae con 150 representantes de los laicos
de la Iglesia surcoreana y tomó contacto con varias personas con discapacidad,
además de hacer una simbólica y silenciosa visita a un "cementerio
de abortados", donde se limitó a orar frente a las cruces de recuerdo
a los nonatos. Kkottongnae,
ubicado en la localidad de Eumseong en el centro del país, es un complejo
católico donde se atiende a miles de personas con discapacidad y se prestan
servicios a otros colectivos vulnerables. Sin
embargo el complejo no está exento de polémica, ya que sobre su
fundador pesan acusaciones de malversación de fondos públicos, por
lo que varios sectores católicos surcoreanos han criticado la inclusión
de este lugar en el itinerario papal. Antes
de la visita a Kkottongnae, en la emblemática plaza de Gwanghwamun de Seúl
unos 200.000 invitados y otros 600.000 espontáneos, según la policía,
brindaron su mayor baño de masas al obispo de Roma, que beatificó
a 124 mártires de la primera generación de víctimas de la
persecución religiosa en Corea de los siglos XVIII y XIX. Ataviados
con camisetas y gorras de Francisco y con cánticos de "viva papa,
viva papa", los católicos surcoreanos arroparon al pontífice
mientras saludaba desde su "papamóvil" blanco en un recorrido
de unos 500 metros por la avenida de Sejong-daero hasta llegar al altar provisional
ubicado en Gwanghwamun, en el centro histórico de la capital. Entre
los invitados se encontraban unos 400 familiares de víctimas del naufragio
del ferri Sewol, que desde hace semanas acampan en la emblemática plaza
para protestar contra el Gobierno y exigir una investigación independiente. En
toda su visita Bergoglio se ha hecho eco del dolor de este colectivo, al que ha
dedicado palabras de consuelo en varios discursos, e incluso se ha colocado en
la solapa el lazo amarillo de solidaridad con las víctimas de la tragedia. El
papa argentino viajará este domingo a Haemi, unos 100 kilómetros
al sureste de Seúl, para oficiar la misa de clausura de la VI Jornada de
la Juventud Asiática (JJA), que ha atraído a unos 6.000 jóvenes
de 23 países del continente. Francisco
permanecerá en Corea del Sur hasta el lunes, día en que regresará
a Roma tras una visita que se considera histórica al ser la primera de
un papa en dos décadas a Asia Oriental y la primera en 25 años a
Corea del Sur, donde residen 5,4 millones de católicos, más del
10 por ciento de la población. |