MUSEO
VIRTUAL DE LA PLAYA
DE BELEN
SALÓN DE LA MÚSICA | Por
Guido Pérez Arévalo | | | | | | |
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| De
izquierda a derecha, de pié: Benjamín Claro, Clarinete; Jesús
Bayona, Flauta; Juan de Dios Claro, Cornetín corto; Julián Arenas
Pérez, Marcante; Manuel Guillermo Claro, Bajo; Carmito Plata Ovallos. Bajo;
Hipólito Jaime, Bajo. Sentados: Rozo Jácome, Platillos; Jesús
Ovallos Arenas, Bombo; Benjamín Franco, Caja... Foto: Archivos de Álvaro
Claro Claro. Banda "La Merced".
Foto:
Archivos Álvaro Claro. | |
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| | | | Julián,
Guido Pérez y Sixto Nahún Ovallos |
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| La
música en La Playa de Belén Por
Guido Pérez Arévalo
La
música es uno de los fundamentos de la cultura regional. Y las bandas de
música, constituyen una bella expresión de los sentimientos de los
pueblos. Pero ván desapareciendo, para ceder el paso a las modernas orquestas,
a las estruendosas minitecas y a los conjuntos dedicados a la música de
actualidad, que sólo funcionan en las grandes ciudades. El
músico de pueblo es pintoresco, sentimental y bohemio. En años pasados
hizo furor la música de las papayeras, en todos los estamentos sociales,
pero volvió a entrar en ese sopor de las cosas viejas, que sufren un proceso
cíclico por los caprichos de la moda. A
pesar de todo, siguen vigentes la retretas, los pasodobles de corraleja, los boleros
de antaño y la música "caliente", que hizo bailar a nuestros
abuelos. BANDAS
DE MÚSICOS La
más importante banda de La Playa de Belén, en el pasado, fue la
de "La Merced". Alvaro Claro hizo una importante investigación
para un concurso, realizado en 1984. Los interesados pueden leer el documento,
publicado en www.laplayadebelen.org bajo el título "Reminiscencias
de la Banda Municipal La Merced". Acompañamos a Alvaro
a la entrevista con Don Julián Arenas, más conocido como Cayán.
Ya murió. En aquellos días pasaba de los setenta y tres años.
La edad pesaba sobre él como un fardo de miserias y lo mantenía
postrado en la modesta casa de su hijo. Seguía pobre, como lo fue siempre,
pero con una ceguera adicional, que le restaba autonomía. Minado en su
salud, colocado por sus achaques en la triste etapa de los enfermos terminales,
guardaba, no obstante, una envidiable serenidad. Sus cabellos blancos y venerables
caían largos y ralos desde su cabeza azotada por una calvicie creciente.
Tenía una barba blanca, como sus cabellos, que inspiraba respeto. En
sus años jóvenes, Julián fue un todero; un hombre ingenioso
y creativo, cuyos buenos servicios demandaba la comunidad para decorar el altar
de la iglesia, reparar toda clase de artefactos, remendar zapatos y trabajar en
carpintería. Fabricó trompos, hizo globos de múltiples colores,
pintó paisajes campesinos sobre discos de 78 revoluciones; sobresalió
como fotógrafo, y diseñó los más caprichosos barriletes
que vimos elevar los niños de su tiempo. Dos lágrimas furtivas rodaron
sobre el rostro de Cayán; conmovido por la presencia de sus paisanos. extendió
sus brazos con paternal afecto y sonrió con una mueca temblorosa de sus
labios. Sus
ojos claros, apagados por los años, no pudieron precisar las imágenes
de la fotografía, levantada en las manos de Alvaro; pero la había
contemplado tantas veces en sus buenos tiempos, que no era necesaria la visión,
casi perdida, para identificar en las imágenes borrosas el lugar y el modo
en que posaron sus compañeros, ataviados con sombreros "Borsalino"
y sacos de paño. Esos músicos no fueron los únicos miembros
de la banda"La Merced". También formaron parte de ella, Jesús
Emiro Claro Velasquez, Arnulfo Arévalo Claro, Gerardo Alvarez, Eduardo
Pérez, Enrique Arévalo, Antonio Luis Peñaranda, Ciro Ovallos
Arenas y su hermano Aurelio, entre otros. Don
Benjamín Pérez aseguraba que la desaparición de la "Pateadora"
(conocida también como "La Gualicera"), generó la necesidad
de "recurrir a la banda de Buenavista para darle realce a las fiestas patronales
y a las temporadas navideñas. De esta necesidad nació la iniciativa
de organizar una agrupación musical propia". Don
Julián contó que a finales de 1942 fue localizado por Don Francisco
Arévalo en Convención para que regresara a su pueblo a integrar
la nueva banda musical. Con su aceptación, se dispuso la compra de un marcante.
Cada músico debió comprar su instrumento. Tocaron
en las fiesta de Hacarí, Aspasica y La Vega de San Antonio. En La Playa
de Belén, tocaron en las fiestas patronales, en las misas de aguinaldo
y acompañaron a nuestra gente en memorables retretas. Las retretas las
tocaban a $5.oo y los bailes, los cobraban por piezas, tasadas a$0.50. En
el año de 1944, se desintegró la banda "La Merced". Cayán
tuvo después un viejo bajo, que era como su alter ego. Lo cargaba para
todas partes. Tocaba solo o acompañado por la guitarra y el tiple de los
hermanos Roque y Élfido Arenas y por las maracas de Ciro Ovallos. Julián
murió en Cúcuta. BANDA
DE MÚSICOS LA GUALICERA Su
nombre surgió de la chispa criolla, amparada por la piel morena de los
músicos. En aquellos años era fecuente el remoquete de chulo o gualí
para referirse a las persona de piel morena. Todavía se usa, pero con mayor
discreción. Nuestra
banda, entonces, pasó a la historia con el mote de "Gualicera",
a pesar de los esfuerzos de sus gestores para se les reconociera como "Banda
Patatoque". Don Benjamín Pérez decía que también
fue conocida como "La Pateadora, por la costumbre que tenían los músicos
de marcar el compás mientras tocaban. | |
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| | | Agregaba
que la mayor parte estaba compuesta por los hermanos Pacho, Luciano, Higinio y
Emiliano Alvarez. La
componían, además, Alfonso Durán y otros residentes en la
cercana fracción de Patatoque. Su
primer maestro fue Don Hipólito Jaime. Posteriormente, aparece Don Nemesio
Pino. Y fue su asesor permanente Don Benjamín Claro Ovallos, notable
músico, con privilegiados conocimientos de solfeo. Interpretabn
los siguientes intrumentos: Pistón mayor, pistón segundo, bajo primero,
clarinete, corneta, platillos, caja y flauta. (Tomado del libro La Playa de Belén) | | | Los
Ovallos Arenas Los
miembros de esta importante familia cultivaron una especial inclinación
por la música. De don Sixto heredaron la interpretación del tiple
y de su abuelo, don Gratiniano Arenas León, les venía su gusto por
las canciones sentidas y el toque magistral de instrumentos de cuerda. Aurelio,
Jesús, Ciro, Víctor y Juancho, tocaban con maestría las maracas,
la carraca o guacharaca, los platillos y otros instrumentos de cuerda, percusión
y viento. También cantaban.
Don
Benjamín Pérez Pérez, en la inolvidable entrevista para Noticias
Playeras, se refirió con nostalgia al matrimonio de don Trino Arenas con
doña Ramona León. Me habló de sus hijos, "que posteriormente
fueron troncos de familias muy honorables y de natural disposición para
la música, la pintura y aún para la escena: Emilia, Sotera, Visitación
-mi abuela paterna-, Leonor, Pacho y Gratiniano. Todos en sus buenos tiempos ejecutaban
con mucha habilidad el tiple y el acordeón
".
De
Francisco de Paula (Pacho) Arenas, don Benjamín recordó que por
muchos años fue el organista titular de la parroquia. "Este hombre
alto, corpulento, rubio, de ojos azules y dotado de una bien afinada voz de bajo,
manejaba el armonio con una maestría que hoy necesariamente evoco cuando
escucho al pianista Oriol Rangel en la televisión. El escenario, desde
luego, era la iglesia, en las misas dominicales. Durante los intermedios de silencio
que la liturgia ofrecía entonces en el ofertorio de la consagración,
Pacho quebraba la majestuosa calma del sagrado recinto, alborotando el ambiente
con un alegre pasillo o un bambuco fiestero que indudablemente en vez de inspirar
místicos arrobos en los devotos asistentes debían de inflamar los
corazones y despertar mundanos arrebatos especialmente entre los hombres a la
vista de las apacibles playeritas de ondulantes cabelleras y dóciles cinturas,
acaso no esquivas para el baile.
En
cuanto a Gratiniano, era, además de buen ejecutante del tiple, dicharachero
y tomatrago. En sus labios afloraban con espontaneidad los gracejos y los picantes
"calemboures" que él dosificaba según el auditorio que
lo rodeaba. Uno no sabía si lo que hablaba venía en serio o iba
en broma.
Julián
y Modesto Arenas, magistrales en el manejo del tiple y yo con la negra, una maravillosa
guitarra como un piano, que hoy, sin clavijero y con los aros destrozados se encuentra
abandonada en una cocina vieja en la casa que fue de mis padres. Con frecuencia
se nos unían Mincho Claro y Jesús Bayona con sus flautas o Carlos
Daniel Luna con el violín. Considero que fuimos factores decisivos en el
cambio de las rigurosas costumbres que prevalecían en el pueblo por un
ambiente de amable y jacarandosa frivolidad en el que se realizaban bailes, reuniones
matizadas de canciones y chistes, sancochos campestres y serenatas ¡O témpora!
¡O mores! exclamo yo en sentido inverso al que le dio Cicerón". |
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| Banda
de músicos "Patatoque".- El Decreto No. 055 del 24 de septiembre
de 1991 (Publicado en la obra La Playa de Belén), declara como fundadores
a Guido Pérez Arévalo, al maestro Jesús A. Jaime y al Alcalde
de la época, Gilberto Claro Lozano. Los instrumentos fueron obtenidos con
el Ministerio de Educación. El mismo decreto, en su artículo tercero,
menciona a los primeros integrantes de la Banda: Octaviano Tarazona, clarinete
1; Esthela Claro Velásquez, clarinete 2; Agustín Pérez Velásquez,
clarinete 3; Juan Velásquez León, trompeta 1; Fernando Velásquez,
trompeta 2; Campo Elías Pacheco, saxofón alto 1; Francisco León
Alvarez, saxofón alto 2; Alirio Alvarez Álvarez, bugle; Jesús
Alonso Velásquez Claro, corno; Yader Guerrero Pérez, trombón
1; Carlos Adolfo Claro Claro, trombón 2; Germán Ricardo Claro Claro,
redoblante; Leonardo Alvarez Arévalo, bombo; Luis Alberto Sánchez
Serrano, platillos. Textos y archivos: Guido Pérez Arévalo | |
| | | 4
de diciembre de 2012 (Sesquicentenario). Banda
Patatoque,
de La Playa de Belén, con su estrella, Sebastián Tarek Peñaranda,
el niño platillero, de 4 años. Sebastián, hijo y nieto de
músicos, ha causado sensación en la provincia de Ocaña. También
interpreta la flauta dulce y baila al son de sus platillos. Sus padres lo matricularon
en la banda cuando estaba a punto de destruir todas las tapas de los peroles y
cuanto tuviera forma de platillo en la cocina. El niño prodigio en materia
musical, por su edad, seguramente participará en las fiestas del bicentenario,
dentro de cincuenta años. Integrantes primera foto: Nando Peñaranda
Ascanio, Diomar Peñaranda Tarazona, Adolfo León, Carlos Alberto
Álvarez, Alirio Álvarez, Heidy García García, Fabio
Andrés Bermudez Arévalo, Campo Elías Pacheco Rueda y el niño
Sebastián Tarek Peñaranda. Integrantes de la banda, segunda foto:
Ramón Peñaranda Ascanio, Diomar Peñaranda Tarazona, Nando
Peñaranda Ascanio, Adolfo León, Carlos Alberto Álvarez, Alirio
Álvarez, Heidy García García, Fabio Andres Bermúdez
Arévalo y el niño Sebastián Tarek Peñaranda. | |
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| | | BANDA
PATATOQUE. Archivos Angélica Claro Claro, Gestora Cultural. Presentación
en el concurso de bandas en Ocaña, en el mes de junio de 2014. | |
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b |
| Grupo
"Los Rumbosos": César Claro Peñaranda, 2a. guitarra; Juan
Abel Claro Torrado 1a. guitarra; Jesús Alonso Velásquez, tiple puntero
y Jorge García, charrasca. Fotografía y texto, enviados por el poeta
Alonso Velásquez Claro, desde Bucaramanga, el 12 de abril de 2005. | |
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