Silenciosos
te cuidan hermosos estoraques, por tu vera transcurre rumoroso, El Playón, donde
añejas mujeres de largas cabelleras silenciosas lavaban sus ropas con
amor.
Germina la esperanza en tus corregimientos: en Aspasica el tiempo
se detuvo en tus calles y arriba en la montaña ante los pies del Tarra un
pesebre semeja La Vega, en el paisaje El
labriego te besa y abre tu piel morena para poblarte de hondos rumores vejetales,
en cada surco deja la impronta de sus sueños, pintando de esperanza
los verdes cebollales. | Cuando
el tiempo madura la esperada cosecha y las manos se juntan en lazo fraternal, el
pan es en la mesa una tierna parábola que encierra fe, constancia, cariño
y amistad.
Nadie
podrá quererte como yo, oh Playa mía, porque eres siempre limpia,
luminosa y cordial porque a tus atributos se suma la fortuna de ser "bien
cultural de interés nacional".
Cuando
en tu templo un día repose mi cnsancio y en tus campos las rosas no
vuelvan a crecer, será el mimento justo de hablar con mi silencio, para
decir que nunca te dejé de querer. |