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AÑOS DE LA BATALLA DE BOYACÁ Celebramos
este día el 196 aniversario de la batalla de Boyacá con la que culminó
la heroica hazaña militar que los bravos soldados neogranadinos, venezolanos
y voluntarios británicos habían iniciado en junio de 1819 con el
duro ascenso a la Cordillera Oriental para penetrar a la Nueva Granada por el
páramo de Pisba, el camino más difícil pero el menos vigilado
por las tropas peninsulares. El aguerrido ejército patriota estaba comandado
por el Libertador Simón Bolívar y tenía como jefe de la vanguardia
al general Francisco de Paula Santander. La
batalla de Boyacá, corta pero intensa, fue la culminación de toda
una heroica gesta, que empezó con el sobrehumano esfuerzo de remontar la
abrupta cordillera y que superó su más difícil prueba en
la muy dura batalla del Pantano de Vargas que tuvo lugar el día 25 de julio.
La trascendencia histórica de la batalla de Boyacá radica en el
hecho de que con esa victoria se desmoronó el ejército realista
y como consecuencia, se derrumbó el Virreinato de la Nueva Granada. A
partir de ese momento cesó para la mayor parte de la Nueva Granada el régimen
colonial español y surgió el republicano. Prima facie podría
decirse que en los días subsiguientes al 7 de agosto de 1819 nació
la segunda república en nuestro territorio pero esa afirmación requiere
unas precisiones. Empezamos por señalar que desde el 7 de agosto de 1819
hasta el 17 de diciembre del mismo año, día en que se expidió
la Ley Fundamental de Angostura, la Nueva Granada estuvo anexada a la República
de Venezuela y sometida a su Constitución, su Congreso y sus autoridades.
La Ley Fundamental determinó la creación de la República
de Colombia pero el Congreso siguió siendo venezolano. Sólo el 6
de mayo de 1821, cuando entró en funciones el Congreso de Cúcuta
bajo la presidencia de don Antonio Nariño, se configuró la República
de Colombia con el pleno funcionamiento de las instituciones republicanas. Bajo
la Constitución de Cúcuta de 1821 la nueva República de la
Gran Colombia se consolidó como un Estado democrático que tenía
al Libertador como su presidente titular y al general Santander como su vicepresidente
encargado de las funciones ejecutivas, en razón de encontrarse Bolívar
dirigiendo la guerra de liberación total y definitiva contra el colonialismo
español en los hoy denominados países bolivarianos. Como es sabido,
la institucionalidad republicana nacida en estas tierras de la Villa del Rosario
se empezó a deteriorar en 1826 con el intento de introducir en la República
de Colombia la muy poco democrática Constitución de Bolivia, sugerida
y sancionada por el Libertador el 26 de mayo de 1826 y rechazada por Santander
y buena parte de la dirigencia política neogranadina; además, con
la proclamación en varios departamentos de la dictadura de Bolívar.
El quiebre constitucional se hizo definitivo con el decreto orgánico del
27 de agosto de 1828 mediante el cual Bolívar suspendió la Constitución
de 1821, eliminó en la práctica la vicepresidencia y se otorgó
facultades absolutas que ejercería con el título de Libertador Presidente. | | La
crisis institucional se agudizó con el repudiable atentado del 25 de septiembre
de ese año, la prisión y destierro de Santander, acusado injustamente
de haber participado en la conspiración septembrina, la entronización
de la dictadura de Bolívar y la disolución de la Gran Colombia con
la separación definitiva y pacífica de Venezuela y Ecuador. Vuelto
el país al sendero constitucional con la Constitución de 1832 y
colocado al mando del Estado de la Nueva Granada Francisco de Paula Santander,
a quien el gobierno interino del general bogotano Domingo Caicedo y Sanz de Santamaría
le había restablecido sus derechos ciudadanos y sus grados y honores militares
mediante un decreto del 10 de junio de 1831, se inició un período
de asentamiento institucional y republicano El
Estado de la Nueva Granada tuvo dos constituciones con matices encontrados: la
de 1832, influenciada por Santander, de carácter liberal, laicista y descentralizador
y la de 1843, de carácter conservador, clerical y centralista. Con la Constitución
de 1853 se abrió el camino hacia el sistema federal, se propició
la separación entre la iglesia y el Estado y se estableció un amplísimo
régimen de derechos y libertades. La Constitución de 1858 consolidó
el federalismo con la denominación que se le dio al Estado de Confederación
Granadina, federalismo que alcanzó su más alto nivel con la Constitución
de 1863, la que estableció los Estados Unidos de Colombia con un régimen
de amplias e ilimitadas libertades públicas y un muy debilitado poder ejecutivo. Como
reacción al excesivo federalismo se impuso en 1886, después de la
derrota de las insurrectas fuerzas liberales contra el gobierno de Rafael Núñez,
la Constitución de 1886, marcada por un agobiante centralismo y con carácter
autoritario y antidemocrático, características que fueron siendo
morigeradas por las reformas constitucionales que se dieron a lo largo del siglo
XX y que permitieron llegar, luego de haberse superado el lapso dictatorial de
Rojas Pinilla de 1953 a 1957, a la proyectada reforma de 1990 que se convirtió
en la Constitución de 1991, que en afortunada hora llegó al país
para asentar la democracia y establecer garantías reales a los derechos
políticos, económicos y sociales de los colombianos. Toda
esta apretada historia constitucional republicana fue posible gracias al triunfo
de las tropas patriotas el 7 de agosto de 1819, el día en que cesó
la ocupación de las tropas españolas al Estado soberano que había
nacido en las jornadas del 20 y el 26 de julio de 1810. | |