| | | MONSEÑOR
ALEJANDRINO PÉREZ AMAYA Nació
en la vereda de Lucutama, municipio de Hacarí, el 24 de abril de 1910.
Pasó sus primeros años de infancia en La Playa de Belén;
posteriormente, siguió los pasos de su vocación sacerdotal. Fue
párroco en La Playa de Belén, El Carmen, Pivijay, Aguachica, Convención,
Teorama, González, Río de Oro y Santa Marta. Construyó cinco
templos con sus casas curales y publicó tres semanarios eclesiásticos. En
Santa Marta, mientras fue párroco de la Catedral, circularon semanalmente
tres mil ejemplares de "La Basílica", periódico fundado,
dirigido y escrito por él. A su misión de apostol, le agregó,
desde muy temprana edad, una vocación artística que lo llevó
por los caminos de la música. Interpretaba la flauta, el oboe y el armonio. En
la Diócesis de Ocaña fue Delegado Episcopal para Causas de Partidas
y Documentos, Canciller, Rector del histórico templo del Dulce Nombre,
Director del programa radial de la Legión de María y Prelado de
Honor del Papa Juan Pablo II. | | |
| Publicó
dos libros de poemas y alocuciones sagradas. Era evidente el profundo carácter
religioso de su poesía. Ese era su entorno natural, su propio mundo. Jesús
y María eran sus banderas. Estaba considerado como uno de los mejores oradores
sagrados de la Diócesis de Ocaña.
A
su misión de apóstol le agregó, desde muy temprana edad,
una vocación artística que lo llevó por los caminos de la
música. Interpretaba la flauta, el oboe y el armonio. En su obra, aparece,
como muestra de sus aptitudes, el himno al Colegio Emiliano Santiago, de Teorama,
con música y letra de su inspiración. En
septiembre de 1987, publicó "Poesías y breves alocuciones",
en un sencillo volumen que sus familiares y amigos recibimos como un maravilloso
legado de su encuentro con las musas. En
la segunda obra, vuelve con una carga de versos dignos de su sensibilidad poética
y de la expresión auténtica de su mundo interior. Se complementan
con la prosa fluida de algunas homilías que recuerdan su bien ganada fama
de orador sagrado. El
veintisiete de diciembre de mil novecientos cincuenta y dos, en su condición
de párroco de la catedral de Santa Marta, participó en la comisión
encargada de la constatación de los restos de JOSÉ EUSEBIO CARO,
con motivo de cumplirse cien años de su fallecimiento en esa ciudad, quien
había sido sepultado en el Mausoleo de don Pedro Díaz Granados el
día 28 de Enero de 1853. El propósito era retirarlos para llevarlos
a Ocaña, pero no fue posible porque sus restos se encontraban mezclados
con otros despojos de la familia Díaz Granados. Monseñor
Alejandrino fue austero en sus costumbres; discreto y, algunos opinan que de ceño
adusto, pero quienes lo conocimos bien sabíamos que detrás de su
talante severo vibraba un ser cálido, un sacerdote ejemplar, un hombre
con signo cristiano. A
la edad de 92 años, en la madrugada del 1º de julio de 2002, murió
Monseñor Alejandrino Pérez Amaya. Cincuenta sacerdotes, encabezados
por Monseñor Lozano Zafra, Obispo de la Diócesis de Ocaña,
y numerosos familiares y amigos lo acompañaron hasta su última morada
del Cementerio Central de Ocaña. Sé
que interpreto los sentimientos de toda la familia al exaltar sus virtudes, recordar
sus excelsas condiciones humanas y recoger una historia de bondades, afecto y
conducción espiritual. Era el último de los hermanos Pérez
Amaya. Plácida, Luis Jesús, Leopoldina, Hilda y Emelina, lo habían
precedido en su partida. | |
| | | | Ocaña,
agosto 16 de 2001 GUIDO
PÉREZ ARÉVALO Chinácota Apreciado
Guido: Esta
le lleva mi cariñoso saludo y mis plegarias para que el Cielo lo bendiga
junto con su familia. Me permito enviarle la foto que usted deseaba que resultó
muy buena. Cuando yo llegué a esa capilla privada del Papa y lo vi meditando
como un hombre levantado de la tierra hacia el cielo, dije estas palabras: «Valdría
la pena venir a Roma con el sólo propósito de ver al Papa meditando». | | | | | Esta
foto muestra que el Papa me está entregando un rosario y esto se hizo despúes
de haber concelebrado la Santa Misa y pasamos a la biblioteca privada del Pontífice.
Con mucho gusto le envío esta foto. Recuerdos a su familia. De Ud. afectísimo
tío, Monseñor Alejandrino Pérez Amaya. | |
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| Ocaña.
23 de mayo de 1989. Prelados de Honor de S. S. Juan Pablo II, Alejandrino Pérez
Amaya, José Antonio Santago Cañizares, Estanislao Salazar Mora
y Leonel A. Pineda Romero. |
| Publicación
de la Diócesis de Ocaña. Abril 2020. No se incluyó su función
de párroco de la Catedral de Santa Marta: | | | Monseñor
Alejandrino Pérez Amaya Sacerdote
y poeta nacido en Hacarí el 24 de abril de 1910 y fallecido el 1 de julio
de 2003. Hijo de Luis
José Pérez y Valentina Amaya. En 1924 ingresó al Seminario
de Ocaña; fue ordenado como Presbítero el 16 de febrero de 1936,
por Monseñor Joaquín García Benítez, en la iglesia
de Santa Ana de Ocaña. Fue
Vicario Cooperador en Convención, Canciller de la Diócesis de Ocaña,
rector del Seminario de Ocaña, Director Diocesano de la Legión de
María; párroco de Teorama, El Carmen, Pivijay (Magdalena), La Playa
de Belén, San Roque de Aguachica y González. En
El Carmen fundó y dirigió la Hojita Parroquial. Fue el primer párroco
de San Rafael de Ocaña. El
24 de mayo de 1989, S.S. Juan Pablo II lo elevó a la dignidad de Prelado
de Honor. Obras: Poesías y breves alocuciones (1988); Poesías y
alocuciones. 1998 | |
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